martes, 17 de noviembre de 2015

Los Coll Valarino



La circunstancia común de haber quedado huérfanos desde la niñez, además de la atracción natural, confluyeron para iniciar un noviazgo que conduciría al matrimonio de Agustín Coll Payares y Aglae Valarino de Coll. Agustín, un apuesto joven que trabajaba en el Banco de Venezuela, y Aglae, una bella y simpática señorita que prestaba sus servicios en un dispensario médico, habían decidido unir sus destinos. De esta unión nacerían Agustín, Cristina y José Antonio Coll Valarino.

Aglae era la más encantadora de las hijas de la familia Valarino Alcega y se distinguía desde niña por alegrar las veladas familiares con su bella voz y sus capacidades histriónicas. Había sido bautizada con el nombre de Aglae, en recuerdo a una de las tres gracias, una de las cárites mitológicas hijas de Zeus que representaban la belleza, el encanto y la alegría. Se había distinguido en el Externado del Colegio San José de Tarbes por su inteligencia, su dominio del francés y por tener una bella letra. Como madre se distinguió por su abnegación y entrega absoluta a su familia. Sus firmes creencias religiosas y su devoción por San Antonio la hicieron una católica practicante de fuerte arraigo. Tenía gran habilidad con sus manos; hacía bellos trabajos en pastillaje y también tarjetas en pergamino para las comuniones, bautizos y fiestas de sus hijos. Murió el 10/10/2010.

Agustín, el primogénito, nació un 16 de octubre de 1943 después de una labor de parto sumamente larga que terminó con una cesárea, operación poco común en esa época. Dos años después nacía Cristina un 12 de agosto y una década después José Antonio. Agustín y Cristina eran hermanos inseparables en las buenas y en las malas, compañeros de juego y paseos. José Antonio era aún muy pequeño para adaptarse a las tremenduras de sus hermanos mayores. Cristina creció y se convirtió en una señorita de gran belleza que causaba admiración a donde iba. Después de graduarse de bachiller se va a estudiar inglés a Canada, a un internado dirigido por las hermanas ursulinas. De su matrimonio con César Baena tuvo dos hijos: María Alejandra y César Guillermo, quienes viven en Estados Unidos con su mamá.

Agustín estudió primaria y bachillerato en el Colegio San Ignacio, y comunicación social y derecho en la Universidad Católica Andrés Bello. En la facultad de derecho se hace muy amigo de su compañera de estudios Beatriz Vargas Sánchez y acude con frecuencia a su casa, donde conoce a Marianela -su hermana- de quien se enamora y casa un 28 de agosto de 1969. De este matrimonio nacen Cristina, Alberto, Andrés e Ignacio Coll Vargas, quienes alegran el hogar y reciben el amor y la atención a tiempo completo de su bella y muy jóven mamá. Agustín quiso mucho a la familia Vargas Sánchez; conoció a la abuelita Carmen Beatriz y al Dr. Manuel Vicente Vargas. Con la "Sra. Vargas", como él le decía, mantuvo siempre una cordial y amorosa relación.



José Antonio se graduó de licenciado en filosofía en la UCAB y tuvo un matrimonio de corta duración con una compañera de estudios. Trabajó muchos años en el area de computación y después se fue a vivir a Mérida, donde ingresó en una escuela budista. Allí experimenta las técnicas de la meditación y profundiza en el conocimiento del budismo. Finalmente intenta ir a Inglaterra para seguir estudios de esa religión pero, por errores en la aplicación, le es negada la visa. Entonces decide irse a vivir a La Gran Sabana, al sur de Venezuela en los límites con Brasil. Actualmente vive en el pueblo de El Paují, donde está dedicado a la pintura y a dar clases en un nucleo universitario que funciona en la zona.

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